Oliver

Oliver pareciera ser un nombre de animal, ¿no?. En la literatura, películas, y en muchos lados se establece como un nombre común para cualquier cosa. El primer encuentro con este nombre fue en la película "Oliver Twist" dirigida por Roman Polanski; nunca pensé en que más adelante el nombre Oliver sería tan importante para mí.

El año 2016 (creo que por Julio más o menos), después de haber hecho toda una travesía a pie con el Hernán y el Ivan por las comunas de Cerro Navia, Quinta Normal, Lo Padro y Pudahuel; nos encontramos a un gatito en un árbol rodeado por tres perros. La primera impresión de nosotros fue poder sacar al gato del árbol, después de todo, cualquier movimiento brusco que hiciere, podía caerse y los perros se lo hubiesen servido vivo al pobrecito. Pudimos espantar a los perros y me subí a sacar al bebé gato, nos fuimos con él de vuelta a Cerro Navia, pidiendo comida y agua para que no se nos muriera de hambre el pobre.

Recuerdo haber llegado a donde mi mamá y el Hernán me dijo que teníamos que publicarlo en el Facebook para darlo en adopción, igual fue loco hacerlo, porque nunca me había preparado para algo así. Me senté en el sillón grande de mi comedor para pensar en que hacer, los cabros tenían que irse, y le dije a mi mamá que por mientras buscábamos un hogar para el bebé, nos quedáramos cuidando al gato para que no pasara frio ni hambre esa noche; mi mamá siempre ha sido una señora con un amor maternal que se siente a penas la conoces, pero esa noche me dijo que no quería que el gato se quedara ahí. Lo quería tener, quería cuidarlo y hacerme cargo.

Al día siguiente logré convencer a mi mamá que el gato estaría bien por mientras buscábamos a alguien, y logramos dar con el paradero de una señora, pero cuando le dijimos que era macho no nos respondió nunca más - igual me puse a pensar que es difícil llegar y darle a alguien un animal, porque no conocemos a la gente que se hará cargo de una criatura - . Me puse a llorar recuerdo porque el gatito se me había perdido en la casa, hasta que lo encontré. La tarde de ese día mi mamá me dijo que quería quedarse con el gato en la casa. Yo no negué su petición, estaba tan ansioso y nervioso de tenerlo, que no quise decirle nada, mas que mirarla y agradecerle el favor.

El tiempo me dió un nombre, Oliver se transformaría en el gato de la familia, la mascota a la que todos queríamos, y nunca me voy a olvidar de su presencia en la casa. Una vez se me perdió por un día completo, lloré y dejé la ventana de mi pieza abierta para que recordara a quienes le habían dado amor, más que comida y agua. El tiempo me dió una razón para pensar en las cosas malas, que como dueños de animales llegamos a causar. El tiempo me dió el motivo suficiente para no apartarme de la criatura a la que había salvado ese día de los perros. El tiempo me dió un nuevo amor, esos días en mi casa, el Oliver era mi animal favorito.

Por allá por 2017, me invitaron a la nieve. La noche anterior me había desvelado porque el Oliver había salido y no llegaba, como de costumbre, dejé mi ventana abierta; por lo general, el Oliver siempre llegaba en la mañana o en la madrugada. Ese día me levanté cagado de sueño, y con ganas de irme a la nieve con el grupito de amigos que tenía. No dudé en pensar que el Oliver llegaría bien y que cuando llegara de mi corto viaje estaría esperándome para hacerle cariño y ronronearlo. Me acuerdo que lo pasé la raja en la nieve, me cagué de la risa todo el día, incluso la leve preocupación que tenía hacia el Oliver había desaparecido. Como a las cuatro de la tarde, llegué a mi casa cansado y muerto de sueño, había sido una mañana muy larga y necesitaba descansar un poco. Mi mamá, mi papá y mi sobrina comían puré con pollo en la mesa, la tele estaba prendida y la puerta (que siempre estaba abierta durante el día) del comedor estaba cerrada. Los miré a todos con una leve sonrisa, me preguntaron como me había ido y le respondí con un peso de cansancio que se hacia mas y mas visible.

-¿Y el Oliver? - dije.

Todos me miraron , y mi mamá, que se había dado cuenta de que estaba algo cansado, me dijo de manera muy directa que a Oliver lo habían atropellado. Me dirigí al espejo que estaba cerca del comedor y me empecé a mirar preocupado, como que no quería creer lo que me había dicho mi mamá. Me salieron unas lagrimas y me puse a llorar de a poco. En ese momento, lo único que veía en mi cabeza era al Oliver, como si sus recuerdos se hubiesen traspasado a los míos. Me fui a la pieza sin decir nada, me ensañe con la almohada y lloré más de lo que pensé que lloraría.

¿Se acuerdan que les conté, que mi mamá no quería que el Oliver se quedará de principio?

Es porque antes ya habíamos tenido un gato, y también se llamaba Oliver. A ese Oliver también lo atropellaron, y también... también lo extraño. Me duele pensarlo un poco.

Me siento un poco mal, no quería acordarme de esto. Es difícil escribir con tan pocas ganas de hacerlo. Los días posteriores a su muerte me dediqué a adjuntar fotos y videos del Oliver en mi compu, le hice un video para verlo cada vez que me sintiera mal. Después de todo, fue un animal al que le tengo un cariño muy especial. 

Lo extraño caleta.

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